La edad del sueño es una métrica que creó la Universidad de Stanford para calcular la edad biológica en función de las horas dormidas. Esto con la finalidad de predecir la esperanza de vida de ciertos pacientes crónicos.

Según los expertos, las personas con una edad del sueño superior a la real tienen un mayor riesgo de mortalidad y suelen padecer diversas enfermedades, como apnea del sueño, neurodegeneración, obesidad y dolor crónico. Sin embargo, aún no está claro cómo el sueño deficiente causa, agrava o resulta en estas condiciones de salud.

La investigación, publicada recientemente en la revista Digital Medicine, evaluó 12.000 estudios sobre cómo dormían las personas de diferentes edades para poder crear esta medida. Y más tarde, convertir esos datos (respiraciones, palpitaciones y movimientos) en una herramienta de aprendizaje automático. Eso sí, solo disponible para médicos e investigadores.

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El equipo de investigación utilizó pruebas de polisomnografía (PSG, por sus siglas en inglés), que miden múltiples datos biométricos para determinar la calidad del sueño y diagnosticar posibles problemas de sueño en las personas, para calcular la edad de sueño de una persona.

Los especialistas encontraron una clara correlación entre un sueño deficiente y un aumento de la tasa de mortalidad por todas las causas. Según sus hallazgos, un cambio de 10 años en la edad del sueño puede alargar o reducir la vida de una persona en unos 8,7 años.

Investigaciones anteriores han documentado que el sueño es una de las primeras cosas que se alteran en muchos trastornos.

Los científicos citaron el ejemplo de los pacientes con enfermedad de Parkinson y dijeron que, en la mayoría de los casos, los pacientes empezaron a actuar sus sueños con demasiada intensidad entre cinco y diez años antes de que aparecieran otros síntomas.

Al evaluar diferentes características del sueño de las personas, el nuevo estudio encontró que la fragmentación del sueño, es decir, cuando las personas se despiertan brevemente varias veces por la noche sin recordarlo, era el “predictor más fuerte” de mortalidad.

Los investigadores dicen que este tipo de interrupción del sueño es diferente de cuando una persona se da cuenta de que se despertó, como se informó en los trastornos del sueño como el insomnio y la apnea del sueño.

Sin embargo, los científicos explican que no está claro cómo la fragmentación del sueño está relacionada con el riesgo de muerte.

“Determinar por qué la fragmentación del sueño es tan perjudicial para la salud es algo que planeamos estudiar en el futuro”, dijo el Dr. Mignot en un comunicado.

Para la investigación, los científicos determinaron cómo es el sueño promedio a una edad particular.

De acuerdo con el estudio de Stanford, es posible mejorar la edad del sueño. Solo hace falta cambiar ciertas costumbres que dificultan los ciclos REM. Entre ellas:

• La claridad en la habitación. Evitemos a toda costa la luz, ya que hace difícil conciliar el sueño.

• El ejercicio. La actividad física regular es sana, pero no antes de acostarse.

• Beber alcohol, cafeína o comidas copiosas antes de dormir. Lo mejor es comer y beber ligero para que nuestro cerebro pueda bajar la frecuencia cardíaca.

• Y por supuesto, tratar cualquier trastorno del sueño previo que nos impida dormir con normalidad.