Los cuatro ataúdes fueron encontrados en la vivienda, pero nadie vio como los metieron allí. Ahora una persona se dio cuenta de que estaban ahí y dio aviso a las autoridades.

Quien hizo el descubrimiento, fue una persona en situación de calle, que buscaba cobijo en una casa abandonada de la ciudad de Corrientes. Los cuatro ataúdes estaban desvencijados, rotos y en desuso, y permanecían apoyados contra las paredes como si alguien fuese a usarlos en breve.

Según los vecinos del lugar, notaron la escena del hombre que convivía con los ataúdes y dieron aviso a las autoridades. Entonces efectivos policiales revisaron la casa esta semana y se constató que la familia que la poseía ya no estaba más, y que los féretros podrían haber tenido que ver con la ocupación de unos de sus miembros.

En este sentido, según informó Radio Sudamericana de Corrientes, uno de los integrantes de la familia trabajaba restaurando ataúdes.

Cabe remarcar que en la sección de comentarios del sitio figura uno de un tal "Esteban", quien este jueves aportó un relato muy particular: "Esa era la casa de mi tía Pocha. Ellos compraron los cajones para cuando uno de ellos muera, antes se estilaba eso en Corrientes".

Asimismo, agregó: "Después ellos fallecieron y entró en sucesión la casa por no tener herederos y (la) terminó agarrando el banco de la provincia (de Corrientes)".

Por otro lado, este episodio, que parece más fantástico que anacrónico, no motivó una investigación policial ni labores administrativas por parte de la Policía de Corrientes.

Asimismo, en la actualidad es probable que el terreno valga más que la casa, pero el cuarto con los féretros es lo que más resalta de la estancia.

FOTOS RADIO SUDAMERICANA DE CORRIENTES