25/03/2020

El gremio de la Fruta puso a disposición del gobierno su sanatorios y sedes sindicales

El sanatorio del gremio no tiene uso actualmente.
Foto: Gentileza LMCipolletti
Foto: Gentileza LMCipolletti

Marcos Bielma, titular del Sindicato de la Fruta, anunció que pone a disposición de la provincia las instalaciones médicas del gremio. Así lo afirmó al medio de Allen AN Allen. La oferta incluye al Sanatorio Allen y todas las sedes en las que funcionan las seccionales para que sea utilizadas en la emergencia sanitaria.

"Queremos ponernos a disposición de la sociedad este momento crítico. Si nuestro Sanatorio que tenemos en Allen suma como así también los edificios de las seccionales, ponemos todo a disposición de Salud Pública", dijo Bielma.

El secretario general del gremio explicó que espera tener una comunicación con las autoridades sanitarias de la provincia para explicarles qué tiene el Sindicato de la Fruta para aunar fuerzas contra la pandemia del COVID 19.

 

Infraestructura ociosa

En el mismo medio se remarcó que Allen tiene infraestructura sanitaria ociosa que podría servir para contener la demanda sanitaria en la emergencia.

“Un sanatorio del Sindicato de la Fruta con una internacion no habilitada y un área de Terapia Intensiva que nunca funcionó, se suma a una clínica abandonada en pleno centro de Allen” señalaron.

Mientras el mundo prepara en distintos rincones hospitales de campaña y hasta se transforman estadios de fútbol en centros de atención para los infectados, Allen tiene dos espacios que podrían ser acondicionados para atender la emergencia sanitaria, en caso de que el sistema de salud colapse.

“Uno de los lugares es el Sanatorio Allen del Sindicato de la Fruta, que tiene una internación con camas y enfermería pero que por cuestiones burocráticas no está habilitado. El Sanatorio tiene además un área destinada al funcionamiento de una terapia intensiva, proyecto que impulsaron los ex dueños del centro de salud y no lo pudieron consumar”.

También en el centro de Allen existe otro edificio; el de la ex clínica Santa Catalina, que cerró sus puertas a mediados del 2016. Hoy ese inmueble está abandonado y se convirtió en un nido de ratas. El edificio tiene habitaciones distribuidas en dos pisos, ascensor y las diferentes áreas que funcionaban cuando la clínica estaba en actividad. En total la clínica tiene más de 3.000 metros cuadrados cubiertos.

El inmueble pertenece a un grupo de privados, de los cuales varios son médicos de Allen y profesionales de la salud.Ambos edificios deberían estar en el radar de Salud Publica para evaluar si son lugares viables de poner al servicio de la emergencia sanitaria.

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