Se multiplican los casos en Roca: Hombres que "no entienden" y violan la ley

Todos los días se repiten las mismas escenas. La policía debe concurrir a diferentes domicilios de la ciudad porque un sinnúmero de hombres, que por orden judicial no pueden acercarse a sus ex parejas, ignoran esa restricción y regresan buscando algún conflicto.

Generalmente la medida restrictiva es impuesta cuando ocurre algún hecho de violencia que pone en peligro a alguno de los miembros de la familia, pero las ordenes, cada vez con mayor frecuencia, son desoídas.

Ayer, por ejemplo, se registraron dos casos de desobediencia judicial que ameritaron la intervención de la policía. En uno de los episodios un sujeto con restricción volvió a la casa de su ex y se llevó por la fuerza a la hija que tienen en común, de 9 años de edad. La policía logró interceptarlo y se restituyó la niña a su madre.

El lunes un sujeto con la misma medida restrictiva golpeó y arrojó al suelo a su ex en plena vía pública. La semana pasada y en un colegio de la ciudad, otro hombre con restricción forcejeó con su ex para quitarle el hijo de ambos, de 1 año y 9 meses de edad.

La respuesta de la Justicia es casi siempre la misma. Quienes violan las restricciones impuestas pasan algunas horas detenidos o demorados y luego recuperan la libertad.

El femicidio de Patricia Parra, ocurrido en Cervantes, es uno de los tantos antecedentes que demuestran la poca efectividad sistema de protección del Estado hacia las víctimas de violencia de género. Patricia había denunciado a su ex pareja y tenía una restricción de acercamiento por violencia familiar. Sin embargo, su ex la terminó matando.

Las restricciones no cumplen su objetivo si el sistema judicial - posteriormente - no realiza un seguimiento minucioso de cada caso. (ANR)