20/05/2018

Economía, realidad y futuro

Escribe Nicolás Suarez Colman, abogado y dirigente de Cambiemos, sobre la percepción de la crisis económica en nuestro país

Economía, realidad y futuro

Por Nicolás Suáres Colman (*)

 

Reflexionar es tratar de considerar un asunto con atención y detenimiento, para comprenderlo y desentrañarlo, de esa forma podemos tener una mejor percepción de la realidad y la situación que pretendemos abordar.

En estos días, la economía argentina ha sido la gran preocupación y el tema central en televisión, redes sociales, diarios, portales de internet. La argentina para subsumirse en la cultura de discutir temas hasta el hartazgo y a sabiendas de que el debate que se lleva adelante nada puede resolver, pero aún así algo hay que decir. Aunque no sepamos absolutamente nada, aunque jamás hayamos agarrado un manual de economía y mucho menos invertido en la Bolsa o habernos involucrado en la economía.

Si observamos, veremos que un mismo columnista ha opinado en al menos cinco posturas distintas en los últimos cuatro meses, los analistas políticos prefieren tirar frases que generan títulos y no desarrollar análisis que requieran un desgaste intelectual. Es más fácil discutir si la tapa de un libro es linda y no analizar y reflexionar de forma crítica sobre el contenido.

La argentina vive un proceso de transformación gradual, que tiene una gran tarea. La primera de ellas es poder ordenar un país que tiene una matriz energética, productiva, impositiva, cultural y moral que ha sido vapuleada de forma permanente hasta doblegarla. Hay décadas y décadas de cambios de paradigmas, reglas de juego poco claras y por su puesto política pública sin el más sentido del largo plazo.

El cambio no es asumir un gobierno y dar un giro de 180 grados de forma irresponsable y sin reflexionar sobre las consecuencias. Es modificar la forma de como hemos hechos las cosas en el pasado y no repetirlas en el futuro. Recién son los primeros pasos y como persona que camina por primera vez, hay tropiezos y falta de equilibro, pero con el tiempo eso dejara de ser un problema.

Sin contar con la oposición política que pretende aportar soluciones a situaciones que han sido generadas por su intervención en la conducción política de la nación, hoy los vemos gritar enojados y profundizar un discurso que no resiste análisis entre las palabras y la realidad. Es un grito de desesperación, más que de enojo, se dejó atrás una matriz de corrupción solo asimilable a modelos populistas como el venezolano y brasileño cuya única consecuencia ha sido someter al individuo al flagelo del clientelismo y de que el Estado es quien debe proveer. Lamentablemente y de forma lenta fue anulada la posibilidad de cada persona pudiera generar sus oportunidades a depender de un sistema perverso.

Entonces nos enfrentamos ante el deber y la obligación de entender que tenemos un país que desde hace décadas gasta más de lo que genera; en la que 25 millones de argentinos perciben algún tipo de prestaciones sociales o reciben un salario del Estado; con un Estado sobredimensionado; y por sobre todas las cosas con una matriz productiva que merece atención inmediata pues la cultura emprendedora sigue siendo baja; una presión impositiva del 56%; una matriz energética que comienza a recuperarse luego de haber estado más de 12 años congelada; que requiere alta inversión en infraestructura; reactivar la economía sin que nos devore la inflación.

Todo esto de lo que nos debemos ocupar y si reflexionamos sobre los resultados de como se intento corregir este problema estructural de la nación en el ultimo medio siglo, daremos cuenta de que no hay otro camino que hacer pequeños pasos, con algunos tropiezos, pero con la mirada firme en que la meta que hay que alcanzar es para un futuro estable de mediano y largo plazo que permita que cada argentino dependa del Estado y pueda valerse por si mismo.

* Abogado-Dirigente de Cambiemos

Te puede interesar
Ultimas noticias