04/10/2017

La Iglesia Católica ocultó el abuso sexual que habría cometido un sacerdote

El hecho ocurrió en 2010, y recién ayer, tras la publicación de ANR, lo confirmó a través de un comunicado de prensa. El religioso ya tuvo un proceso penal canónico ordenado por el Vaticano.

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La Iglesia Católica ocultó el abuso sexual que habría cometido un sacerdote

La información publicada ayer en exclusivo por ANR, con respecto al caso de abuso sexual que habría cometido un sacerdote católico en el 2010, en la ciudad de Allen, se mantuvo durante años bajo siete llaves en la Diócesis del Alto Valle.

La información dada a conocer por este medio despertó la polémica en la vecina localidad ya que Juan José Urrutia -el imputado en la causa- trabajó durante mucho tiempo con grupos de jóvenes de la parroquia Santa Catalina. Y en medio de su actividad religiosa, "desapareció misteriosamente" en el año 2011, sin que ni la propia Iglesia diera a conocer una comunicación oficial sobre la extraña partida del sacerdote quien por ese entonces tenía 30 años.

Incluso, y según una publicación realizada hoy por el diario Río Negro, un periodista de ese medio se acercó por ese entonces al padre Dondo (quien reemplazó a Urrutia) para consultarlo sobre la inesperada partida. “Le recomiendo que no consulte, es un tema delicado”, deslizó el religioso.

La salida del sacerdote fue tan rápida que ni siquiera le dieron tiempo a recoger una computadora y otros elementos que había dejado en la casa ubicada en la parroquia.

Ni una sola palabra dijo por ese entonces la Diócesis del Alto Valle a sus feligreses sobre la suerte del "joven y prometedor" sacerdote quien ahora está acusado de “abuso sexual con acceso carnal por aprovechamiento de la inmadurez sexual de la víctima. Y agravado por ser un ministro de culto”. En caso de ser hallado culpable, podría purgar una pena que va desde los 8 a los 20 años de cárcel.

Pero lo llamativo del caso son las fechas. En el comunicado difundido ayer por la Diócesis del Alto Valle, aseguran que el religioso se ordenó el 16 de octubre del año 2000 y ejerció su ministerio "sin observaciones por parte de los fieles hasta mayo de 2011, fecha en la cual se desempeñaba como Canciller de la Curia diocesana y Párroco de Allen".

Y aclaran que desde septiembre de 2013 se encuentra "privado de todo oficio eclesiástico y suspendido del ejercicio público del ministerio como consecuencia de la conclusión de un proceso administrativo penal canónico, realizado en la Diócesis, por mandato de la Santa Sede, a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe". 

En conclusión, en todos estos años estuvieron al tanto de la situación pero nada dijeron a sus fieles, ni al resto de la comunidad ya que según una fuente consultada por este medio, la víctima y su familia recién realizaron la denuncia en el año 2014.

Cabe recordar que ayer por la tarde y tras la polémica desatada, la Diócesis del Alto Valle dio a conocer un comunicado (accedé al documento completo) de prensa sobre el hecho, donde pidió "perdón" por el daño que pudo haber ocasionado a la víctima y su familia.

En siete puntos, el comunicado hace clara alusión a las fechas en las cuales el religioso dejó de prestar servicios en Allen y los pasos que siguió la Iglesia. 

"Durante este tiempo ha residido, con las restricciones anteriores y otras que se le impusieran, en los lugares donde el Obispo diocesano ha determinado conforme a la caridad debida a un hermano Sacerdote, a pesar de sus pecados y/o delitos, y la prudencia aconsejada por aquellos profesionales del derecho y la salud a los que se recurrió, junto con el debido acompañamiento profesional y espiritual", indica otro de los párrafos del documento.

Cambio de estrategia

En los últimos años, el obispo Marcelo Cuenca ha tomado una clara posición con respecto al tema de los sacerdotes acusados de abuso sexual, aunque a partir del comunicado de prensa emitido ayer está claro que ha modificado sustancialmente su accionar.

El religioso, quien asumió como Obispo en el año 2010, ha realizado declaraciones y tomado medidas que le valieron varias críticas.

Por ejemplo, este año, el diario Página 12 publicó una información sobre el sacerdote Luis Bergliaffa, y denunció que el Obispado del Alto Valle le dio refugio. El religioso cordobés fue declarado culpable por el Vaticano en un proceso canónico pero esa causa nunca llegó a la Justicia ordinaria, según se informó.

En el 2013, en el programa periodístico Punto de Partida que se emitía por FM Versión, y que conducían los periodistas Hugo Alonso y Luis Leiva, Cuenca hizo una defensa pública del cura Julio César Grassi, condenado a 15 años de prisión por la justicia por abuso sexual infantil y corrupción de menores y a dos años más de prisión por otra causa por el delito de malversación de fondos de la Fundación y por el desvío de las donaciones en beneficio propio.

“Grassi es totalmente inocente y le han querido colgar, sumar, una acusación que responde a otros motivos y no a esta lamentable situación que pueden vivir otros sacerdotes por casos de pederastas y abusos de niños”, aseguró. En esas declaraciones también cargó contra la justicia porque “tiene sus canales y hay procedimientos que con mucha facilidad embarran la cancha y vuelven inoperantes cosas que deberían ser evidentes”.

Tal cual como lo hizo ayer, este medio intentó comunicarse nuevamente hoy con el obispo Cuenca aunque se informó que no se brindarán más detalles del caso. (ANR)

 

 

 

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