13/09/2017

Conocé el calvario de una familia que pasó más de 4 horas en manos de delincuentes

Buscaban hacerse de un supuesto botín que no existía. Ingresaron a la vivienda a las 21 del sábado y se fueron a la 1:30 de la madrugada del domingo.

Lucho
A pocos metros de la Ruta 22, está la administración central de la iglesias Adventistas de la Patagonia.
Foto: Google Maps.
Foto: Google Maps.

Cuatro horas y media. Ese fue el tiempo que una familia pasó a merced de una banda integrada por al menos entre 5 y 6 delincuentes, que el sábado a la noche ingresaron al predio de la Iglesia Adventista para cometer un asalto y robar una supuesta suma de dinero. Todo ocurrió a pocos metros de la Ruta Nacional 22 (a unos 500 metros al este de calle Mendoza), donde se encuentra la sede de la agrupación evangélica.

Según fuentes judiciales, el martirio comenzó cerca de las 21, cuando cinco sujetos vestidos de negro y con el rostro cubierto, ingresaron a la casa del sereno, que se encuentra ubicada en el predio donde funciona la Misión Argentina del Sur de la Iglesia Adventista, que concentra la actividad de todas las congregaciones ubicadas desde Bahía Blanca hacia el sur. Lo hicieron derribando la puerta de acceso.

Según trascendió, en su interior se encontraba una mujer de 50 años y su hija de 24. Al menos uno de los cinco hombres que accedieron a la vivienda portaba una escopeta y el resto herramientas, entre ellas destornilladores de grandes dimensiones. 

Apenas las redujeron, comenzaron a exigirles información sobre el supuesto lugar donde se guardaba una "importante suma de dinero". Fue así que amedrantaron a la dueña de casa y a su hija. Incluso, en un momento, la joven recibió un culatazo con la escopeta en el estómago, como una forma de obligar a la madre a revelar el lugar donde estaba el botín.

Nada de eso sucedió porque la mujer no tenía ni siquiera conocimiento de cómo se maneja la administración de esta sede Adventista. Ante los gritos desesperados de la joven, los asaltantes decidieron taparle la boca y maniatar a las dos mujeres.

Pero además de la escopeta, los sujetos estaban armados de paciencia porque aguardaron la llegada del sereno y cuidador del predio, que cerca de las 22 llegó a su casa.

A partir de ese momento, el hombre se transformó en el principal objetivo de la banda. Lo llevaron a recorrer las oficinas aunque previamente lo obligaron a desactivar todos los sistemas de alarma. Fue así que revolvieron cada oficina y dependencia del edificio, donde según trascendió, funciona el área administrativa de la Iglesia Adventista en la región de la Patagonia.

Con el lugar a su merced, la banda trabajó en distintas oficinas y así estuvieron hasta pasadas  la 1:30 de la madrugada, donde finalmente decidieron abandonar el predio.

Las fuentes judiciales y policiales coincidieron en señalar que los sujetos no lograron llevarse nada del lugar. Se calcula que escaparon a bordo de un automóvil que los esperaban en las inmediaciones y que al parecer, era conducida por un sexto integrante de la banda.

Antes de retirarse, les sacaron los celulares y los arrojaron en el patio. "Ahí los van a encontrar", le dijeron a las víctimas quienes efectivamente hallaron los equipos minutos después.

Tras safar de las ataduras, el sereno y su familia se contactaron con la policía que a los pocos minutos llegó al lugar para realizar las primeras diligencias. (ANR)

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