Verónica, la cocinera que transformó la escuela en su hogar

La Escuela Rural N°27 de Allen es un lugar que representa pertenencia y amor. Y en esta escuela, Verónica Mera, conocida cariñosamente como "seño" por los chicos, ha hecho de este espacio su segundo hogar. Como cocinera del establecimiento, Verónica demuestra día a día el amor que siente por los niños a través de su dedicación y vocación.

"La cocina es una parte fundamental de mi vida y está impulsada por mi amor hacia los niños", expresa emocionada Verónica. Los estudiantes de la escuela no dejan pasar la oportunidad para demostrarle su gratitud, sea con una palabra, una sonrisa o un abrazo. Cada día, Verónica prepara más de 90 raciones en el comedor del establecimiento, asegurándose de ofrecerles a los chicos una comida deliciosa y nutritiva.

"Mi trabajo me apasiona, amo lo que hago: cocinarles a los chicos", afirma Verónica con orgullo. "Me encanta cuando vienen a dejar los platos y me dicen 'seño, qué rica estuvo la comida'. Para mí, eso es un enorme halago que me llena de satisfacción y orgullo".

Cuando Verónica llega a la escuela, la alegría se desborda entre los alumnos. Se acercan con entusiasmo, ansiosos por saber qué les ha preparado para el día. "Es otro mundo estar en la escuela rural, muy distinto al pueblo", agrega Verónica mientras reflexiona sobre su trabajo. "Aquí puedes ver el amor que los chicos te brindan. Ellos te expresan sus inquietudes, sus necesidades e incluso te piden ayuda para sus hermanitos más pequeños. La escuela en la chacra es esencial, y el amor que recibo de los chicos llena mi alma".

Verónica no puede imaginar su vida sin la escuela ni sin la compañía de los niños. Su pasión y dedicación hacia su trabajo han creado un vínculo especial con los alumnos, convirtiendo la escuela rural N°27 en un lugar donde todos se sienten amados y cuidados.

Desde la cocina, Verónica Mera ha hecho de la escuela rural N°27 su mundo, generando un impacto significativo en la vida de los estudiantes.