Femicidio: Una certera puñalada acabó con la vida de Leticia

Mario Bravo, el hombre detenido en la noche del jueves (21/6) luego de asesinar a su ex pareja Leticia Gómez tenía una prohibición de acercamiento a la víctima, ya que había sido denunciado por ella en el marco de la Ley 3.040. El femicida podría ser condenado a perpetua

A pesar de ello, el jueves a la noche se acercó y en lo que sería un ataque planificado, la esperó cerca del complejo de departamentos en que Leticia vivía con su mamá y su hermana y minutos después de las 23 terminó con la vida de la mujer, con al menos una sola y certera puñalada. El crimen, tal cual adelantó ANR en la noche del jueves, ocurrió a metros de un complejo de viviendas ubicado en calle San Luis, entre Aníbal Troilo e Islas Orcadas, a pocas cuadras de San Juan.

Familiares de Leticia hablaron con esta agencia de noticias esta mañana y relataron la pesadilla vivida en la noche de jueves.

“Le aplicó un solo puntazo debajo de la tetilla izquierda, sabía que le apuntaba al corazón”, dijo Ricardo Vaca, cuñado de Leticia.

Del relato de los familiares se desprende que Bravo, de oficio enfermero, esperó a Leticia y cuando la vio llegar en el Renault Clío que tenía la víctima, bajó de su camioneta en la cual la había estado esperando, y la buscó en el departamento número 6 del complejo habitacional en el cual vivía.

“La arrastró del pelo hasta la calle unos 5 o 6 metros y en la calle la apuñaló, un solo cuchillazo, al corazón”, dijeron los familiares. Aseguraron además que el femicida llevaba puestos guantes blancos (tipo de látex) los que habrían quedado tirados en el lugar de la tragedia.

Otro relato recogido en la escena del crimen es el de Arnaldo, un vecino del lugar quien contó esta mañana en un programa de radio Medios del Aire que en el momento del hecho, el homicida le gritó “llama a la policía, la maté”.

Blanca Bustamante, madre de la víctima, relató a ANR que Bravo “ya la había golpeado una vez en la cabeza. Ya había sido víctima de la violencia de género, se habían separado hace dos meses”. Dijo además que Bravo trabaja en un geriátrico propiedad de una de sus hijas. En las horas posteriores al crimen se supo además que el homicida trabajó también en un servicio de emergencias médicas privado.

Leticia tenía 30 años y estaba cursando el último año del secundario en una escuela nocturna. Se había separado de Bravo, con quien tiene una hija menor de tres años, hacía dos meses. Además la víctima tiene otra hija mayor de una relación anterior. Con Bravo mantuvo una relación durante cuatro años. (ANR)