18/03/2018

A Dios rogando

Un análisis sobre las desventajas de los créditos hipotecarios en un contexto inflacionario, por Mario Antonio Bevilacqua.

A Dios rogando

En agosto de 2001, el Congreso Nacional votó la Ley de Intangibilidad de los Depósitos Bancarios, los legisladores quisieron a través de esta ley resguardar y evitar disposiciones coercitivas que afectaran a los ahorristas. El texto indicaba que "todos los depósitos, ya sean en pesos o en moneda extranjera, a plazo fijo y a la vista, captados por al entidades financieras autorizadas para funcionar por el Banco Central de la República Argentina, quedan comprendidos en el régimen de la presente ley". Dichos depósitos son considerados intangibles, la intangibilidad consiste en que "el Estado Nacional en ningún caso podrá alterar las condiciones pactadas entre el/los depositantes y la entidad financiera".

Escasamente pasaron 4 meses y se produjo la más grande confiscación mundial de los depósitos bancarios producido en un país, de un día para otro los bancos se quedaron sin fondos, los dólares los enviaron a sus casas matrices y los pesos no alcanzaban ni para llenar los cajeros automáticos. ¿De qué sirvió la Ley?, de nada por supuesto, como todo lo legal en Argentina no tiene valor ni aplicación.

El Gobierno Nacional está negociando con la oposición un blindaje optativo para créditos UVA fondeado con utilidades del BCRA, la idea es crear un fondo fiduciario con aportes del Banco Central y de los propios ahorristas para cubrir en etapas de alta inflación la diferencia que se produzca entre los aumentos salariales y el incremento de la cuota del préstamo por efecto de la inflación.

Actualmente la única alternativa que tienen los suscriptores del crédito UVA si se dispara la inflación de precios y su acumulado supere a la variación del salario en al menos 10% se prevé una prolongación de hasta 25% del plazo del préstamos (Ej. de 30 años pasa a 37).

Los créditos UVA son una remake de la circular 1050, donde el deudor terminaba de pagar la última cuota y tenía una deuda acumulada superior al préstamo otorgado originalmente. No debemos ser muy eruditos en temas económicos financieros para darnos cuenta de lo nocivo que son estos créditos, por ejemplo si un deudor solicitó un crédito por $2 millones en enero de 2018 y su salario se incrementará en un 15% (que es el tope salarial impuesto por el Gobierno) y la inflación que ya tiene estimada el Banco central será de más del 20%, la diferencia del 5% producirá un acrecentamiento en el capital adeudado neto de $ 100 mil en un solo año, restando todavía 29 más por delante.

Si se está pensando en crear una Ley para garantizar los créditos UVA es porque seguramente saben positivamente que en cualquier momento van a estallar, el gran problema en Argentina son las leyes que no se cumplen (como en el 2001), el deudor sufrirá las consecuencias de estos créditos ajustados por inflación que incluyen un 7% de interés anual. Roguemos a Dios que nuestro país se normalice porque sino el mazo romperá los sueños de la casa propia de muchos argentinos.

 

Mario Bevilacqua: Contador Público. Asesor y consultor. Se desempeñó en Ericsson S.A.I.C.F.I., fue administrador del hospital zonal de Bariloche y secretario de Hacienda de esta ciudad.

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