10/02/2018

El chofer de prostitutas, el “otro Gustavo” y los entretelones de Manzanas Blancas II

El español estuvo a punto de suicidarse durante la crisis económica de España, en 2012. Y Gustavo Arnaldo se sumó a la empresa por confusión, cuando buscaban a otra persona del mismo nombre en un conocido hotel de Roca.

Matías Pordomingo
El chofer de prostitutas, el “otro Gustavo” y los entretelones de Manzanas Blancas II

El fallo emitido por el Tribunal Oral Federal de Roca permitió conocer más detalles respecto al entretejido del caso denominado “Manzanas Blancas II”, que determinó la condena de Gustavo Arnaldo, Luis Salor Hoyas, Tany Cortez Molina, Omar Pancari y Tiziano Díaz a penas de entre 7 y 9 años de prisión.

La investigación los encontró responsables del intento de traficar casi 300 kilos de cocaína a España, en el año 2015. El cargamento iba escondido en contenedores de manzanas, que fueron detectados en los controles de la aduana de Villa Regina.

 
El otro Gustavo

Uno de los puntos salientes es que el conocido empresario roquense Gustavo Arnaldo terminó formando parte de la red de contrabando de forma casual: Omar Daniel Pancari declaró que por una confusión se pusieron en contacto con él.

Cuando los españoles comenzaron a buscar empresas frutícolas para hacer envíos al viejo continente, rastrearon especialistas en producción de peras y manzanas en Allen. Fue en esta localidad que un empresario les recomendó una persona en la zona de Roca, que conocía el tema de la producción y podía saber también de exportación.

“Entonces Omar Daniel Pancari viajó junto con Marcelo Gómez a la zona de Roca buscando a una persona que se llamaba Gustavo y que generalmente por la mañana solía estar en un hotel que se llama Austral que está ubicado en calle Avenida Roca (...). Estando con Gómez en ese lugar, lo conoce fortuitamente a Gustavo, que no era el Gustavo que estaban buscando, sino que era Gustavo Arnaldo” explican en el fallo. El destino puso en esa primera reunión a Arnaldo: Años después las derivaciones de ese encuentro fortuito lo llevarían a prisión.

 

El albañil, chofer de prostitutas y empresario internacional

Dolores Bonilla, esposa de Ángel Salor Hoyas reconstruyó el particular recorrido que hizo el español condenado por narcotráfico.

Casi toda su vida Salor se había dedicado a la construcción. Pero la crisis económica en el viejo continente lo llevó a un trabajo marginal: chofer de prostitutas. La situación lo acorraló a tal punto, relata su esposa, que intentó quitarse la vida en 2012.

Justamente trabajando como chofer de prostitutas conoció a Marcelo Gómez, el otro español mencionado como gestor de la empresa de contrabando: “Gómez aportaba el dinero y Ángel solo tenía que poner su presencia” explicó la mujer.

El lugar privilegiado de encuentros de los involucrados en España tiene, a la luz de los hechos investigados, un nombre llamativo: Mercamadrid. Pero para los españoles no es tan significativo ya que se trata de la plataforma de distribución, comercialización, transformación y logística de alimentos frescos más importantes de España y Europa.

En ese lugar estaba el hangar elegido por la empresa exportadora argentina (Newen SRL) y la empresa receptora en España (Industrias Cruxol Impex SLU) para guardar los embarques. Ambas empresas eran constituidas por las mismas personas.

 

El “Día D” de Manzanas Blancas II

Los contenedores se cargaron el día 3 de junio del 2015 a las 14 horas. Arnaldo se encargó de traer  a los estibas. Cortéz Molina arrimó los pallets al contenedor para que los fueran acomodando dentro del contenedor. Finalizada la carga, Arnaldo precintó y se aseguró que

los camiones partieran del frigorífico hacía la aduana, sin detener su marcha en ningún momento, según se pudo comprobar a través de la empresa de rastreo satelital.

Dentro de los contenedores había 287 kilos de cocaína. La pureza promedio era de 83.9%. El cálculo es que podrían haber significado en su destino más de dos millones de dosis umbrales (2.209.573,6 fue la estimación exacta).

 

Un cargamento millonario

El valor del estupefaciente en Argentina rondaba los U$D 3.000.000 según las estimaciones realizadas por los investigadores. Si se hubiera logrado introducir a España, aseguran que habría multiplicado por 5 ese valor.  (ANR)

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