El triste relato: "Uno de los niños gritaba pidiendo ayuda pero no pudimos hacer nada"

No se pudo hacer mucho. Los vecinos aseguran que en segundos la casa estaba envuelta en llamas y que a pesar de los esfuerzos, no se pudo salvar la vida de Alfredo y Dylan Pangilef, de 4 y 8 años, quienes esta mañana murieron calcinados en la cama donde descansaban.

"Primero escuché la explosión, después uno de los nenes gritaba pidiendo ayuda. Pero cuando llegamos ya no pudimos entrar", dijo entre llantos una vecina mientras se aferraba a otra mujer que escuchaba su desconsolado relato.

Es que si bien el fiscal Luciano Garrido aseguró que los niños se encontraban en cama, es probable que en medio del siniestro uno de ellos se haya despertado para pedir ayuda. Y esos fueron los gritos desesperados que escucharon los vecinos, que con baldes en mano llegaban para apagar el fuego.

Oscar, uno de los primeros en llegar a la casa de calle Suiza al 700, del barrio Fiske Menuco, relató que una mujer policía intentó acceder a la casa (ver video) pero no lo logró. "Sufrió quemaduras, era imposible entrar porque las llamas envolvieron toda la casa", dijo otro de los testigos.

El siniestro se desató minutos después de las 9:30. Según el propio fiscal Luciano Garrido, el papá de los pequeños estaba trabajando a pocas cuadras, y cuando llegó ya no tuvo ninguna posibilidad de acceder a la casa.

Cuando el personal de bomberos logró controlar el fuego, ya no había mucho por hacer. Los cuerpos de los dos niños yacían en la cama del único espacio que tenía la casa, que también oficiaba de habitación y cocina.

La llegada de la madre de los niños, quien estaba trabajando, caló hondo entre todos. La mujer se aferró a su esposo, y luego al personal del hospital Francisco López Lima la trasladó al hospital en medio de una crisis de llanto. 

A esa hora de la mañana, era visible la tristeza no sólo de los vecinos sino también de los bomberos y de los policías, quienes rompieron en lágrimas al tomar dimensión de la tremenda tragedia.

La casa, según se pudo observar, tenía un solo ventanal que -como suele suceder en todas las viviendas- tenía una reja de seguridad para evitar robos. La estructura metálica terminó transformándose en una verdadera trampa mortal ya que nadie logró acceder a la vivienda por ese sector.

Incluso con palos y fierros, efectivos policiales arremetieron contra la pared de un sanitario a la espera de llegar a los niños, sin embargo el efecto del fuego resultó más rápido y terminó con la vida de los niños en sólo minutos. (ANR)