20/02/2017

Violencia en el parto: "Convirtieron el momento más importante en un terrible recuerdo"

Una mamá roquense publicó su testimonio a través de ANR. Aseguró que su parto fue un calvario y contó detalles de la dramática experiencia que casi se cobra la vida de su bebé.

Florencia Bark
Foto ilustrativa

“Convirtieron el momento más importante de mi vida en un terrible recuerdo, en algo que va a doler durante mucho tiempo más”, fueron las palabras de María, una joven mamá de 20 años que denunció públicamente haber sido víctima de “violencia obstétrica” hace dos meses en un sanatorio de la ciudad.

No por ser común, es normal. Esa es la conclusión a la que arriba María hoy, dos meses después del “aberrante” suceso. Su caso, que había quedado entre las cuatro paredes de la clínica, salió a la luz días atrás cuando ella misma decidió publicarlo por redes sociales.

Una vez que fue público, se produjo un efecto dominó: al menos una decena de mujeres comenzaron a contar sus experiencias del mismo tenor, en esa u otras clínicas. Casos basados en la desinformación, abandono, maltrato y hasta negligencia médica en el momento del parto.

Un parto “violento” en primera persona

María llegó a la clínica con su novio, el 11 de diciembre del año pasado. Tenía 39 semanas de embarazo. Ingresó a la habitación con 4 de dilatación y a las 6:30 la internaron. Transcurridos 10 minutos, le introdujeron una pastilla vía vaginal y goteo. “Todo para acelerar el trabajo de parto”, contó la joven, y aseguró que comenzó a sentir un dolor insoportable.

Luego hicieron salir al novio y le dijeron que le iban a “romper la bolsa para ver el color del líquido”, todo ahí en la habitación de internación. Le aseguraron que iba a sentir más dolor. “No es normal que te rompan la bolsa en la habitación”, dijo en diálogo con ANR.

“Les juro que no puedo explicar lo dolorosos que fueron los minutos siguientes, no podía soportarlo, ya no sabía qué hacer y sentía que algo iba a salir. Se lo dije y no me dio bola, ‘es la sensación’ me respondieron. Cada vez era peor y ya estaba empezando a desesperarme”, relató María.

Luego le hicieron un tacto y corroboraron lo que la mamá decía: la cabecita del bebé ya estaba asomando. La llevaron “a las corridas” a la sala de parto, donde no estaban listos los utensilios. Tampoco estaba su ginecóloga cuando empezó a pujar. “Dejaron la puerta de la sala de parto abierta, hacía frío y gritaban. En ese ambiente parí”, rememoró la joven.

Cuando gritaba del dolor, la retaban diciendole que se callara, contó. Entre la partera y la ginecóloga no se ponían de acuerdo y se fustigaban. Luego, una de las enfermeras se subió sobre ella para empujarle desde arriba la panza, pero el bebé no nacía.

“Ya no tenía fuerzas, no podía más. Luego la ginecóloga me cortó, y el dolor era peor, pidió calmantes y no había, saque fuerzas de donde pude, no me iba a rendir, esa bebé me necesitaba, tenía que seguir”, relató la joven.

Para el momento en que la bebé había salido del canal de parto, María había perdido bastante sangre. Pusieron a la recién nacida sobre su pecho, como es habitual en el procedimiento, pero la niña estaba de un color violeta y no respiraba. Inmediatamente y sin mediar palabra se la llevaron, según el testimonio de la joven roquense.

Sólo le dijeron a la atónita madre que “iban a ver qué podían hacer” para hacerla reaccionar. Hasta que minutos después rompió en llanto desde una sala contigua. “Fueron los minutos más eternos de mi vida”, confió.

El posparto no fue mejor. “A los 8 días se me salieron todos los puntos de la episiotomía. Tuvieron que operarme y a los dos días comenzaron a salirse otra vez. Días en cama, sólo me levantaba para ir al baño, sentía dolor y miedo. Recién cuando mi hija cumplió el mes pude caminar un par de cuadras otra vez”, relató.

"Mi bebé podría haber muerto por lo que ellas hicieron", dijo a ANR entre sentimientos de impotencia y bronca. “Yo en ese momento no sabía si esas cosas eran normales o no”, confió.

Parto humanizado

Su caso es uno de los tantos de en los que se vulneran los derechos de la madre y el niño. Actualmente, estos derechos son reconocidos por ley: Ley de Parto Humanizado Nº 25.929, que pregona el “respeto a las necesidades y deseos de la familia que va a dar a luz”. 

Este tipo de parto implica generar un espacio familiar donde la mamá y su bebé sean los protagonistas y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible, cosa que no sucedió con María y su familia, según la denuncia pública.

“Nos vieron pendejos y se aprovecharon de nosotros. Además, se aprovecharon de nuestra ignorancia”, señaló María, quien cree que allí radica la causa principal de lo sucedido. “Hubo negligencia médica, maltrato, abandono por parte de la médica, entre otras cosas”, lanzó.

“Hay que tomar conciencia e informarnos, para que no puedan pasarnos por arriba”, concluyó la joven quien pidió a todas las mujeres y futuras mamás hacer prevención por medio de la información.

¿Cuáles son los derechos de la madre?

Según la Ley de Parto Humanizado la mujer tiene derecho a:

• Ser informada sobre las distintas intervenciones médicas durante el parto y postparto y participar activamente en las decisiones que acerca de las alternativas distintas.
• Ser considerada como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto.
• Un parto respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados.
• Ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su hijo o hija y, en general, a que se le haga partícipe de las diferentes actuaciones de los profesionales.
• No ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación.
• Elegir quién la acompañe durante el trabajo de parto, parto y postparto.
• Tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.
• Ser informada, desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar.
• Recibir asesoramiento e información sobre los cuidados de sí misma y del niño o niña. Específicamente sobre los efectos adversos del tabaco, el alcohol y las drogas sobre el niño o niña y ella misma.

ANR

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