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Los más chiquitos llenaron de música (y buenas ondas) el Cemar
Una docente tuvo una original idea para articular el paso del jardín a la primaria: juntaron a los pequeños a cantar en un coro, y el resultado sorprendió y emocionó a chicos y grandes.
Cuando se escucha la palabra “articulación” suele tener una connotación aburrida, de tanto repetirse en distintos proyectos, ámbitos y papeles que la cargan de formalidad.
Para la “profe” de música Yanina Cifuentes, esta “articulación” se transformó en algo muy distinto, original y gratificante.
El desafío era motivar a los más chiquitos en su paso del jardín a la primaria: acompañarlos y acercarlos un poco a ese “futuro próximo” de la escuela que se viene en el próximo año. Como contraparte, los “grandes” que ya transitan el primer año debían ser los anfitriones, conociendo a los chicos que se vienen.
¿Pero cómo hacer esta transición, esta articulación, más atractiva?
Ahí es cuando aparece la música.
La idea de Yanina -que supo contagiar a sus colegas y a los directivos- fue la de hacer un coro de chicos.
Y hoy en el CEMAR se realizó la “prueba piloto” del Coro de Niños, que integran chicos de los jardines 112, 18 y la escuela N° 32. La invitación se extendió a los chicos que están en el último año del jardín, y los 4 primeros grados de la escuela primaria.
“Esto nace de la creatividad de Yanina Cifuentes” cuenta Silvana Gómez, directora del jardín 112. “Y sin darnos cuenta nos permitió juntar chicos de 3 puntos cardinales de la ciudad” agrega, ya que los establecimientos son del centro, de barrio Nuevo y del sector de las 250 viviendas.
La directora remarcó el trabajo de la docente, que se encargó de la dirección musical y también de convocar a músicos de Instituto Universitario Patagónico de Artes (IUPA) para coordinar la prueba.
Previamente, los chicos habían tenido dos encuentros, antes de hacer su presentación coral.
Ante la pregunta de ANR respecto a cómo se vinculan los más chicos con los que ya están en primaria, la directora remarca que “los que tenemos más problemas al momento de vincularnos somos los grandes. Ellos lo toman como algo muy natural” explicó, y destacó que “lo vivieron como una experiencia muy enriquecedora. Uno nunca sabe cómo quedan estas experiencias en su subjetividad. Quizá para muchos el día de hoy queda como un recuerdo que no se van a olvidar en toda su vida”, destacó Silvana. (ANR)
