Conocé al grupo solidario que visita a los abuelos en los geriátricos

“Ayer salimos a caminar por el Día de la Primavera. Cuando volvimos, una de las abuelitas se quedó parada en la reja del asilo. No quería volver a entrar… como un nene. Se te caían las lágrimas”, cuenta Yani, la coordinadora del grupo que semanalmente visita distintos geriátricos de la ciudad.

El grupo se formó hace dos meses, a través de Facebook. Desde ahí coordinan sus encuentros en los que comparten un momento de charla, unos mates y unos “mimos” a los abuelos, que en la mayoría de los casos se sienten abandonados.

Cada semana van a un asilo distinto, y ahora evalúan tener también un horario para los fines de semana, ya que algunos de los integrantes del grupo tienen complicaciones para ir en los momentos de visita.

“El otro día las teñimos a las abuelitas. Cada uno de los integrantes sumó tinturas, esmalte para uñas, cositas para ponerlas más lindas… Y verle la cara en el espejo, cuando las teñíamos… la sonrisa en sus caritas… era increíble”, cuenta Yani.

El grupo recorre los distintos lugares, y lo que sorprendió a los abuelos (y a los administradores de los propios asilos) es la constancia. “Ellos nos cuentan que a veces van a visitarlos algunos grupos, pero después no vuelven. Nosotros si, vamos rotando, pero volvemos a visitarlos. Ya los conocemos, sabemos sus nombres, también sus mañas… vamos creando un vínculo. Ya se están habituando a nosotros” , explica.

Historias de soledad

Las primeras visitas, asegura Yani, eran chocantes. Las historias, la necesidad de afecto, el reclamo ante la falta de visitas de sus familiares, golpeaban a todos los integrantes del grupo. De a poco, construir lazos con los abuelos les permite llevar mejor cada encuentro.

Conocieron testimonios de personas abandonadas por sus familias. Muchos de los abuelos justifican las ausencias en la falta de tiempo, y hay situaciones en las que los propios hijos, aún viviendo cerca del geriátrico, no los visitan. La frase remañida de “cada familia es un mundo” se aplica y lleva a pensar que detrás de cada situación hay una historia particular, pero en todos los casos, los sentimientos de soledad y abandono que se generan son iguales.

Consultada Yani si hay algún abuelo contento de estar en un geriatrico, responde sin dudar que no. A pesar del cariño de muchos de sus cuidadores, y más allá de que sea un lugar público o privado, la sensación es general entre todos los adultos mayores.

Sumarse para sumar afecto

Desde el grupo invitan a todos los vecinos a sumarse a compartir estos encuentros con los abuelos. Además, se dedican a resolver problemas puntuales, organizando la colaboración para, por ejemplo, conseguir pañales.

Todas las personas interesadas en colaborar se pueden poner en contacto a través de la página de Facebook Acompañame a visitar a los abuelos. (ANR)