22/08/2016

"El señor de los Juguetes" les dio una sorpresa que no olvidarán

Los jóvenes del grupo Creando Sonrisas, de barrio Nuevo, trabajaron durante dos semanas para la Fiesta del Día del Niño. Pero un vecino de Roca los sorprendió con un tremendo regalo.

Los chicos bailaron y se divirtieron el domingo en barrio El Maitén. (foto gentileza grupo Creando Sonrisas)

Esta vez el pronóstico del tiempo no falló. El domingo estaba espléndido y después de los primeros mates de la mañana, los jóvenes se prepararon para una de las jornadas más emotivas y especiales del año: el festejo del día del niño en barrio Nuevo, o barrio El Maitén, como les gusta llamarlo.

En Churrinche y Kennedy, los chicos lo esperan con ansiedad. Y es por eso que al igual que el año pasado la organización del evento estuvo a cargo de los adolescentes y jóvenes del barrio, quienes trabajaron durante dos semanas para juntar dinero, contratar algunos juegos inflables y comprar algo de comida para alegrar la tarde a más de 200 pibes.

Algunos regalos reciclados, números artísticos y juegos, eran el principal menú de una tarde que iba a quedar en la memoria de los más chicos.

Pero el destino les deparó una sorpresa a todos. Cerca de las 10 de la mañana, apareció en el barrio un auto “moderno”, aclara Cecilia Muñoz, una de las jóvenes que integra el grupo “Creando Sonrisas”, encargada de organizar la actividad.

A paso lento, su propietario -un hombre de unos 70 años- se acercó para charlar con ellos mientras varios de los jóvenes colgaban guirnaldas y hacían las primeras pruebas de un pequeño pero empeñoso equipo de sonido para ser utilizado en la fiesta.

Una rápida charla le permitió a los jóvenes -todos de entre 15 y 25 años- comprender que se trataba de un vecino que todos los años compraba juguetes para los niños y salía a repartirlos.

“Nos explicó que había salido a recorrer los barrios para colaborar y se encontró con nosotros y le sorprendió que siendo tan jóvenes organicemos una fiesta así”, cuenta Cecilia, quien todavía sigue emocionada tras el encuentro.

En un momento, el simpático vecino -un comerciante de calle San Juan- abrió el baúl de su automóvil y como por arte de magia aparecieron juguetes. No uno, sino muchos.

“Nos sorprendió a todos. Eran juguetes nuevos, y algunos muy caros que los chicos solamente los ven por televisión. Había muñecas que caminaban y hablaban, juegos didácticos, sogas, set de pintura y muchos más”, contó Cecilia, en un relato que a pesar de las horas transcurridas, todavía sigue emocionando.

Una vez que el vecino dejó el tremendo regalo, todo fluyó como por arte de magia.

A las 14 comenzaron a llegar los principales invitados quienes disfrutaron de los juegos, de la comida, del entretenimiento y, por supuesto, de los fantásticos obsequios.

“El señor de los Juguetes”, volvió cerca de las 16.

Esta vez llegó acompañado por su esposa. Y la mesa de la merienda del barrio se agrandó para recibir al vecino que había llegado para compartir la alegría de los más pequeños.

“Le agradecimos y los vecinos lo aplaudieron. Él nos dijo que esto no era para que se lo agradezcan, sino para que todos los vecinos se dieran cuenta que a los jóvenes hay que apoyarlos. Y que esta era su forma de agradecer el trabajo que habíamos hecho”, comentó Cecilia, quien dijo que era tanta la emoción que no recordaba el nombre del solidario comerciante.

Cuentan que la fiesta comenzó a apagarse cerca de la 19, pero que muchos de los chicos del barrio siguieron compartiendo y jugando muchas horas más gracias al “Señor de los Juguetes”.

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