Tras la confirmación de la compra de 24 aviones F-16 para la Fuerza Aérea Argentina (FAA), el gobierno de Javier Milei busca modernizar el equipamiento militar del país. Según fuentes del Ministerio de Defensa, se encuentran evaluando la posibilidad de adquirir más armamento para el Ejército y la Armada Argentina.

En primer lugar, el Ejército analiza la incorporación de blindados 8x8 que permitan el transporte de soldados. La opción que se encuentra en consideración es el M116 Stricker, de origen norteamericano/canadiense. A diferencia de los aviones F-16, Estados Unidos ya ha dado la aprobación para que Argentina adquiera estas unidades, incluso se están evaluando la compra de un lote de estos vehículos que actualmente están en servicio en Nueva Zelanda.

Por otro lado, se estudian opciones de mercado para renovar la flota marítima de la Armada Argentina. Sin embargo, la cuestión presupuestaria se perfila como un obstáculo difícil de superar. La compra de equipamiento militar para la Marina suele ser mucho más costosa que para las demás fuerzas armadas.

Desde que el gobierno de Javier Milei asumió, la Casa Rosada ha buscado que Argentina sea considerada como "socio global" de la OTAN. Para lograrlo, el ministro de Defensa, Luis Petri, presentó una carta de intención. La adquisición de nuevo material bélico permitiría al país alcanzar un estándar acorde al de las naciones miembros de este bloque. En comparación con Chile y Brasil, los vecinos latinoamericanos, las fuerzas armadas argentinas se encuentran considerablemente atrasadas en términos de equipamiento.

Si bien los detalles de las negociaciones se mantienen en reserva, se habla de que se podría adquirir alrededor de 100 vehículos blindados. Sin embargo, el número exacto se determinará en etapas posteriores de las conversaciones.

El desafío principal para el gobierno es la falta de divisas que dificulta las posibilidades de modernizar el equipamiento militar. Incluso los aviones F-16 recientemente adquiridos a Dinamarca no son nuevas unidades, sino que tienen 40 años de antigüedad y se pagarán en cinco cuotas anuales.